Hola, feliz año a todos, deseándoles lo mejor en este 2022, mucha salud, Calidad de Vida y Funcionalidad, No Más Dolor.
Hoy quiero comentar brevemente sobre el dolor que presentan los adultos mayores; ya que muchas veces no se da tratamiento a éste, además del caso muy particular de aquellos que presentan deterioro cognitivo y no pueden describir o señalar puntualmente su dolor.
De acuerdo a datos del Estudio Nacional sobre Salud y Envejecimiento, el 41.5% de las perosnas con más de 50 años de edad, señaló sufrir dolor, siendo más fecuente en las mujeres que en los hombres (48.3% vs. 33.6%) y el pocentaje de dolor aumenta en los adultos de mayor edad (IASP, 2019).
Por lo anterior es importante realizar una valoración oportuna y adecuada a estos pacientes, iniciando con una historia clínica que indique las características del dolor, cuándo inició, que lo desencadenó, registrando además, las distintas terapias utilizadas y el resultado obtenido con ellas. Para realizar un correcto diagnostico y evaluación del dolor, existen diversos instrumentos de evaluación funcional, siendo los más utilizados el Índice de Lawton y Brody para actividades instrumentales y el Índice de Barthel para actividades básicas. Debe continuarse con una exploración física, para concretar la localización y tipo de dolor. Además, se debe conocer sobre el impacto en la vida diaria del paciente, a nivel funcional, afectivo y social.
El dolor crónico en el adulto mayor es más frecuente, entre otras razones porque puede estar asociado a enfermedades crónicas, cuya prevalencia es mayor en este segmento de pacientes, como es el caso de la artrosis, neuropatias, etcétera; también puede estar asociado a alteraciones del sueño, pérdida parcial o total de la movilidad, otra de las causas podrían ser problemas psicológicos que llevan al adulto mayor a pedir atención mediante manifestaciones de dolor. Además, la percepción del dolor puede ser mayor si el paciente tiene ansiedad o depresión.
Es importante señalar, que muchos pacientes de la terecera edad, se vuelven dependientes debido a la disminución de su capacidad funcional, esto debido al dolor que sienten al realizar ciertos movimientos, los va limitando y haciendo perder autonomía, por ello no debemos perder de vista el que sea diagnosticado y tratado oportunamente el dolor.
El impacto en la calidad de vida de las personas mayores que presentan dolor, es muy significativo debido a que trae como consecuencia depresión, sufrimiento, aisalamiento, alteraciones del sueño, deterioro funcional, caídas, polifarmacia, malnutrición y aumento de los costos de su atención.
Atiende oportunamente el dolor de nuestros adultos mayores, tráelos a revisión, para evaluación, diagnóstico y tratamiento. Calidad de Vida y Funcionalidad, No Más Dolor.
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