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ARTROSIS: COMPRENSIÓN, IMPACTO Y TRATAMIENTO A TRAVÉS DE LA MEDICINA INTERVENCIONISTA DEL DOLOR.

La artrosis, también conocida como osteoartritis, es una enfermedad degenerativa crónica que afecta a las articulaciones, causando dolor y discapacidad. Aunque puede afectar cualquier articulación, es más común en la cadera, rodilla, tobillos, pies y hombros. Uno de los principales síntomas de la artrosis es el dolor, que puede variar de leve a intenso, dependiendo de la persona y la etapa de la enfermedad, pero tambien se presentan otros sintomas como rigidez matinal, limitación en la movilidad, crepitación (ruido al mover la articulación), deformidad y en ocasiones hinchazón (World Health Organization, 2021).




El dolor en la artrosis se produce debido a diversos factores. En etapas tempranas de la enfermedad, el dolor suele ser debido al daño en el cartílago que protege las superficies articulares, provocando que los huesos rocen entre sí. Esto puede provocar dolor durante o después del movimiento, y se incrementa con la actividad física. En etapas más avanzadas de la enfermedad, el dolor puede convertirse en constante, incluso en reposo, y puede interferir con las actividades diarias y la calidad del vida del paciente.


La inflamación de la membrana sinovial que recubre las articulaciones también puede contribuir al dolor en la artrosis. Esta inflamación puede causar rigidez y limitación en el movimiento, lo que aumenta la sensación de dolor, llevando a la perdida de movilidad y fuerza muscular del paciente, agravando los síntomas de la artrosis.


Por ejemplo, el proceso degenerativo de la artrosis en pies y tobillos sucede cuando el cartílago comienza a desgastarse, lo que provoca fricción entre los huesos. Como respuesta a esta fricción, el cuerpo puede comenzar a desarrollar osteofitos (crecimientos óseos anormales), lo que puede causar más dolor y limitar el movimiento. Eventualmente, el cartílago puede desgastarse completamente, lo que hace que los huesos se froten directamente entre sí, causando mucho dolor e inflamación. En última instancia, esto puede causar cambios en la forma y función de la articulación, alterando la forma en que camina o se mueve el paciente.

Por lo anterior, es muy importante recibir un diagnostico y tratamiento oportuno. El diagnóstico de la artrosis se realiza a través de la historia clínica del paciente, examen físico y pruebas de imagen como radiografías, que pueden mostrar el estrechamiento del espacio articular, osteofitos (crecimientos óseos anormales) y en casos severos, erosión del hueso.

No vivas con dolor, que éste no afecte tus actividades diarias; hay un tratamiento para ti.

Medicina Intervencionista del Dolor y Cuidados Paliativos. Calidad de Vida, No Más Dolor.


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